La hipótesis se denomina “viruelalización” del Covid-19. Cubrirse el rostro de manera asidua generaría un microclima facial que propiciaría manifestaciones benignas o asintomáticas de contagio. Ello podría engendrar anticuerpos, que blindarían al organismo contra formas severas de la enfermedad. La formula no ha sido aún probada en seres humanos y abundan los interrogantes.
El termino “viruelalización” decanta de una experiencia contra una plaga de viruela en el siglo XVIII en Europa. Se importaron gérmenes de viruela del Oriente, y se los aplicaban a la gente mediante unas gotas en incisiones de la piel, generando “pequeñas viruelas”, que luego fomentarían anticuerpos susceptibles bloquear la entrada del virus de la epidemia e impedir la propagación del mal. A falta de un remedio eficaz, el tentativa dio aceptables resultados, con solo 7 a 8 fallecimientos por 1000 inoculados, pero la llegada de la vacuna, desplazó la experimentación.
Entre tanto, la eventual llegada de la vacuna comprada por Suiza a la empresa Moderna de Estados Unidos, parece acelerarse. Los ingredientes para los primeros 100 millones de dosis se están fabricando en el laboratorio helvético Lonza, y estarán listos para ser exportados a diferentes establecimientos vinculados a Moderna en diciembre próximo. El objetivo es continuar la fabricación de ingredientes en Suiza hasta alcanzar la cifra de 300 millones de dosis. De las vacunas finalizadas, el gobierno federal helvético ha comprado a Moderna 4,5 millones de dosis.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya sede central se encuentra en Ginebra, habría en curso de desarrollo 240 proyectos de vacunas anti-coronavirus en el mundo. De 6 a 9 de ellas ya se encontrarían en la face de ensayos clínicos, entre las cuales la compañía china Sinovac, anticipa que 610 millones de dosis estarán en el mercado a fines del presente año, aparentemente antes que las producidas por Moderna, Pfizer (también de Estados Unidos), y el laboratorio suecobritánico, AstraZeneca.
Un suizo de cada dos, está dispuesto a vacunarse contra el Covid-19. La noticia trepó ayer al titular de Le Matin, la gran publicación dominical de la Suiza de habla francesa, región que congrega a 1,6 millones de habitantes, en el marco de los 8,5 millones de ciudadanos y extranjeros que viven en la totalidad del territorio helvético. El sondeo realizado por el semanario ante 15.000 personas, indica que el 54% se vacunaría voluntariamente, mientras que el 41% no lo haría. Los porcentajes no desentonan con las proporciones de un sondeo anterior e internacional, efectuado en 27 países hace un par de meses, donde 3 de 4 personas estarían dispuestas a ser vacunadas. El mayor porcentaje lo tiene Gran Bretaña con el 85 % de su población dispuesta a vacunarse.
Paralelamente, los tres cuartos de los interrogados, no son favorables a un nuevo semi-confinamiento, como el vivido en Suiza durante el apogeo de la pandemia en marzo pasado. Un 39% de los opositores se justificó evocando “las muy graves consecuencias sociales y económicas” sufridas, al tiempo que un 36 % de quienes son adversos a otro confinamiento, dijeron que se debería antes imaginar medidas de reemplazo a niveles regionales y por comunas. En cambio los que aceptarían un eventual futuro confinamiento, lo admitirían si los hospitales estuvieran desbordados, en un 16% tanto para hombres o mujeres, desde los 18 años hasta edades superiores a los 65 años. Sin embargo, el 70% de las respuestas fueron negativas a temer otro confinamiento. No obstante, los más pesimistas que lo consideran inevitable, reunieron el 7% de las respuestas.
En este contexto, ante la pregunta si apoyaría que la vacunación fuera declarada obligatoria, el 48% de los sondeados que viven en Suiza, respondió por la negativa, frente a un 32% que lo aceptaría. En general, el 61% de los hombres y el 48% de las mujeres se dicen dispuestos a vacunarse, y el 68% de personas mayores de 65 años. Solo entre el 4% y el 5% dijeron que no tiene posiciones tomadas ante las preguntas de Le Matin.
Tal vez la confianza mayoritaria de la población en un futuro no ensombrecido más aún por el Covid-19 se basa en la estabilidad de los contagios, unos 300 diarios. Los tests para detectar la enfermedad, daban positivos en un 3% en junio, y ahora ha descendido al 0,3%, manteniendo unos 7000 test diarios. Los fallecimientos, que conocieron un pico de 482 muertos a fines de septiembre 2020, han descendido a 32 el pasado fin de semana. El único indicio destacado de la presencia del Covid 19 en Ginebra, ha sido conocer que el Presidente del gobierno cantonal, el argentino naturalizado suizo, Antonio Hodgers, dio positivo a un test y debe guardar cuarentena hasta el 12 de octubre.
Por otra parte, no se conocen todavía sondeos en Suiza sobre otra ola, la de los descontentos para con la lucha anti-covid, que parece incrementarse. Los medios tradicionales de prensa casi no los mencionan, pese a que parecen ser cada día mas numerosos, con una fuerte presencia en las redes sociales. Irrumpieron públicamente el 14 de septiembre pasado, cuando se movilizaron a la Plaza de la Naciones en Ginebra, ante la sede europea de la ONU, reuniendo unos 2 mil manifestantes que protestaron contra el uso abusivo de los barbijos. El último fin de semana constituyeron una cadena humana que atravesó la frontera de Suiza con Alemania. Fueron varios miles de hombres y mujeres tomados de la mano, o enlazados por bufandas o cuerdas, manifestando en silencio.
Este movimiento de disidencia afirma que no son “complotistas” ni “extremistas”. Denuncian un manejo “liberticida” y “autoritario” de la pandemia por la clase política. Estiman que las medidas impuestas por los gobernantes no son adaptadas a la situación actual. Critican el tener que llevar mascaras “abusivamente” y sostienen que las estadísticas no son ni exhaustivas ni confiables. Piden, por ejemplo, que se especifique la edad de los fallecidos, y si tenían otras enfermedades, y que se publique la tasa de mortalidad y letalidad del virus, en Suiza, y a nivel mundial. Desconfían de los test, que no son específicos para el Covid-19, sino también para la Influeza A y B, la Parainfluenza, los adenovirus y otros coronavirus. Insisten que el 85% de los casos son leves. Solo en 5% de los mismos llegan a las Unidades de Cuidados Intensivos, y que las tasas de mortalidad en Suiza y en el mundo son muy bajas.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.