Al cabo de 2 años de la agresión a Ucrania decretada por Vladimir Putin, y frente a la incertidumbre que Washington no resuelve desde hace 5 meses en el Congreso, el cumplimiento de sus promesas para financiar el rearme de Kiev, Paris y Berlin han tomado la iniciativa. La reacción reforzaría el financiamiento integral de las necesidades de Ucrania. El ex-Primer Ministro de Holanda, Mark Rutte, surge para suceder al noruego Jens Stoltenberg, al frente de la OTAN.
Debe subrayarse que la crisis que vive Ucrania por la carencia de obuses y misiles desde octubre pasado, se debe al cese brutal de la ayuda financiera estadounidense. Y porque todavía no puede apelar plenamente a una fuente de abastecimiento alternativa, integral y europea, sin embargo en curso de construcción, que será efectiva recién a fines de 2024. (1) Entre tanto, Rusia puede cubrir temporalmente sus necesidades de misiles y obuses, gracias al régimen genocida de Iran, y a la dictadura familiar de Corea del Norte, que se acerca a la bomba atómica.
De momento, los objetivos enarbolados por Moscú para coronar la invasión, no se han cumplido. Al menos le restan dominar el Donbas y Crimea, zonas claves dentro de las fronteras reconocidas a Ucrania por la ONU. Tampoco a podido «desnazificar» Ucrania, denominación patentada por Vladimir Putin para «el cambio de régimen», la fallida tomar del poder en Kiev de 2022. No obstante, Moscú dudaría hoy del enrolamiento masivo de su población en edad de ir a la guerra.
Sobre las próximas elecciones presidenciales, no ofrecerían las garantías internacionales. La votación duraría 3 días, preferentemente electrónica. Los observadores no accederían a las cámaras instaladas en las oficinas de voto, y no se sabe como se realizaría el escrutinio en las zonas ucranianas ocupadas. El líder opositor Alexeï Navalny, acusado de «extremismo», fue presuntamente envenenado en el goulag siberiano. El Kremlin tendría asegurada la victoria.
Ucrania mantiene sus posiciones a la vera de 1200 km de frontera que la separan del 17,5% de su territorio usurpado por Moscú. No logró recuperarlo en la contraofensiva del pasado verano europeo, ante la imposibilidad de avanzar en campos minados por 5 cargas explosivas cada metro cuadrado. Tuvo que retroceder fortificándose en la defensiva, aparejando un dispositivo destinado a frenar la ofensiva rusa, erigiendo bunkers prefabricados, y sembrado minas.
Kiev aguarda que en 2024, los países de la OTAN, concreten el apoyo logístico necesario, incluyendo la formación de sus combatientes en el uso de la tecnología que reclama. Pide obuses de artillería, tanques, municiones, aviones de guerra, cañones, lanzagranadas, blindados de transporte de tropas, defensa anti-aérea y misiles. Al margen de la ayuda en marcha de la Unión Europea, destacan contribuciones de Australia, Canadá, Gran Bretaña, Japón y Corea del Sur.
Con la conquista reciente de Avdiivka, en el este de Ucrania, Rusia se erige en posición de ofensiva, encontrándose en similar situación que Ucrania en el verano de 2023, correspondiéndole atacar si mantiene su objetivo de eliminar a Ucrania del mapa mundial. Por deprisa, Moscú ya habría perdido 315.000 soldados, dicen fuentes abiertas estadounidenses, las cuales también señalan que Ucrania ha sufrido 70.000 muertos, y 120.000 heridos. El parlamento en Kiev, debate un proyecto de ley para convocar 500 mil hombres y mujeres al servicio militar.
En la nueva batería de sanciones contra Rusia revelada por la Unión Europea (UE), aparecen 3 firmas chinas continentales, y empresas de Turquía y Serbia, cómplices de Moscú en el esfuerzo de guerra. La «lista negra» de la UE contiene 2000 personas o entidades, anunció su Presidenta, Ursula von der Leyen, quien postula a repetir su mandato, una decisión que corresponde al Parlamento Europeo, el cual debe renovar sus miembros en las elecciones de junio 2024.
Las 2 fuerzas en pugna en la guerra desencadenada por Rusia contra Ucrania, estarían aquejadas de un mismo síndrome, el de la fatiga de las tropas, al final de 2 años y medio de guerra sin descanso, obligando a renovar el personal, afirma el experto Stéphane Audrand, un fenómeno que no sería nuevo. El desgaste de la fuerza propia se notaría en la baja de la popularidad de Volodymyr Zelenyky, que pasó del 77% en diciembre del 2023, a 64% en febrero de 2024. (2)
La clave para proponer combate en las actuales circunstancias, son definidas por el flamante Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Oleksandr Syrsky. El objetivo de la presente defensiva sería «cansar al enemigo, infligiéndole un máximo de pérdidas, utilizando fortificaciones y nuestras ventajas técnicas en materia de drones, y de la guerra electrónica», que ya se ha visto destruyendo infraestructuras navales y de producción petrolera rusas.
Los antecedentes de Oleksandr Syrsky son las de un estratega forjado en circunstancias excepcionales. Diplomado del «Moscow Higher Combined Arms Command School», considerado el principal establecimiento de formación de la URSS, desarrolló su carrera en Ucrania, convirtiéndose en el interlocutor preferido de la OTAN, alineándose a sus normas. Demostró su capacidad aniquilando la ofensiva rusa para ampararse de Kiev el 24 de febrero de 2022. Ahora el desafío sería el de volver a vencer a Putin en su plan de exterminar la resistencia ucraniana. (3)
Desde Ginebra, Juan Gasparini.
(1) Juan Gasparini, 12 de febrero de 2024 (www.juangasparini.com).
(2) Stéphane Audrand, consultante internacional y oficial de reserva, citado por «Le Monde», Paris, 20 de febrero de 2024.
(3) «Le Temps», Ginebra, 26 de abril de 2023.