Rebrote del coronavirus en Suiza durante el desconfinamiento En Suiza, cartel que dice «Quedate en casa». Foto: EFE / EPA / SALVATORE DI NOLFI

Rebrote del coronavirus en Suiza durante el desconfinamiento

De una decena de casos diarios cuando se inició el desconfinamiento, a fines de abril pasado, Suiza a trepado desde hace pocos días, a unos 60 infectados cada 24 horas, una progresión de la pandemia debido al incremento sostenido en el mes de junio que viene de finalizar. El Consejo Federal, gobierno colegiado de 7 miembros de la Confederación Helvética, cuatro hombres y tres mujeres elegidos por el parlamento, acaba de disponer a partir del lunes 6 de julio próximo, la obligatoriedad del uso de mascaras en el transporte público, hasta ahora solo una recomendación.

No obstante el desconfinamiento continua, al tiempo que permanecen inquebrantables las recomendaciones originarias de higiene: la desinfección de manos antes de entrar o salir de tiendas, supermercados, y oficinas del Estado; y la separación de 1,5 metros en las filas de espera, o en el tráfico peatonal. Perduran los demás gestos de distanciamiento y protección individual entre los transeúntes, y evitar hacer compras o tramites en horas de alta aglomeración pública. Peluquerías, pedicuros y manicuras son estrechamente controladas. Entre tanto, la sede de Naciones Unidas en Ginebra, acoge sin contratiempos una sesión del Consejo de Derechos Humanos, y una reunión del Comité de Derechos Humanos, que supervisa el cumplimiento del Pacto de derechos Civiles y Políticos, con las debidas limitaciones de los debates on line.

Al propio tiempo, las discotecas abren solo desde las 18Hs hasta media noche. Las salas de entrenamientos deportivo son vigiladas especialmente. Se las llega a considerar hipotéticamente con efectos potencialmente similares a los mataderos de animales o sitios de culto, donde la aglomeración significativa de seres vivos en contacto cercano, agravados por la hiperventilación, la humedad reinante en las zonas de las duchas y vestuarios, y la transpiración de los participantes en los entrenamientos, los convierten en sitios de algún modo sospechosos.

Faltan autorizar los grandes eventos deportivos y culturales, con numerosa concurrencia, y observar el paso del verano durante julio y agosto, con afluencia del turismo extranjero, para reiniciar las clases universitarias en septiembre venidero. Sin embargo todavía podrían adoptarse reglas de ajuste para frenar la circulación del Covid-19, con el objeto de impedir revisar el desconfinamiento. Algunos de los 26 Cantones en que se divide geográficamente el país, serian favorables a decretar cuarentenas a sus habitantes que retornan de visitas al extranjero, concretamente de Serbia.

Este miércoles se registraron 137 casos nuevos, y un fallecimiento, elevando el total de muertos a 1685. La totalidad de contaminaciones sube a cerca de 39 mil personas. Alrededor de 4000 afectados están o han pasado por hospitales, clínicas o dispensarios. En la jornada de hoy 6 enfermos han sido internados, toda vez que el panorama se tiñe de colores inquietantes.

Por ejemplo, los cuatro cantones de habla francesa: Ginebra, Vaud, Valais y Friburgo, han tenido picos llamativos. En Ginebra, alguien que se sabía infectado, concurrió a una discoteca, provocando la cuarentena de otros 96 fiesteros. En un restaurante de Lausana, otro infectado provocó el aislamiento de 10 clientes. En el Valais y Friburgo 53 casos forzaron la reclusión en sus domicilios de 148 personas allegadas. Un baile de estudiantes de secundario en Gruyere, llevó al encierro preventivo de 50 participantes. Un profesor de secundaria en el Canton del Jura dio positivo a la prueba del coronavirus, ocasionando el cierre anticipado del establecimiento, al borde de las vacaciones de verano que empezaron hoy.

Para facilitar la identificación de nuevos contaminados en Suiza, el gobierno federal tomó pocos días atrás dos medidas. Liberó fondos para que sean gratuitos los test de nasofaringe, los cuales establecen que se és portador, o no, del Covid 19, de cualquier habitante en un país de 8,5 millones de habitantes, con 2 millones de extranjeros residentes, el 25% de sus habitantes. Y puso en circulación sin costos una aplicación para instalar en los teléfonos celulares, de modo que una vez denunciado un caso, pueda advertirse a las personas que estuvieron en contacto con él, de aislarse para bloquear la difusión del virus. Pese a la buena fe y voluntad de las autoridades, la eficacia de la aplicación está en entredicho. Para que sea útil, hace falta que el 60% de la población la utilice de manera regular. Desgraciadamente su instalación necesita de aparatos ultramodernos, lo que no es el caso para el 20% de los usuarios, que disponen de aparatos “obsoletos”. A la exigencia tecnológica limitativa, se añade una critica ecológica, pues su puesta en marcha atentaría contra el compromiso helvético de reducir las tasas de carbono en la atmósfera a la mitad de aquí a 2030.

Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.

 


 

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