La suspensión de Rusia y su reemplazo por la República Checa entre los 6 miembros del Grupo de Europa Oriental, de los 47 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cambió el equilibrio de fuerzas y explica como fue posible salvar a un Relator Especial del vaciamiento de su mandato, fustigado por los países islámicos y sus aliados.
Pese a las maniobras de Cuba, Bolivia y Venezuela en el debate de 13 enmiendas alentadas por países de obediencia musulmana para desnaturalizar el texto original, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU renovó en Ginebra el mandato del Experto Independiente para “la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de genero”.
Rechazadas las enmiendas, la resolución original fue aprobada por 23 votos a favor, 17 en contra y 7 abstenciones, prolongando el mandato por otros 3 años del Experto Independiente, creado en 2016. De America Latina y el Caribe, la promovieron Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay, siendo apoyada por 1114 Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
Entre los países hostiles a lo dispuesto, figuran Bangladesh, Arabia Saudita, Qatar, Nigeria, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Malasia, Eritrea, Malawi, Pakistan y Afganistan, incluso China y varios africanos, posición compartida por Rusia que de momento a perdido su derecho al voto por su invasión a Ucrania, siendo reemplazada por la República Checa, que votó en sentido contrario.
La mencionada hostilidad se manifiesta en la penalización de la homosexualidad, postura adversa a promover derechos sexuales y reproductivos. Dicha tendencia tampoco reconoce la inadmisibilidad de la violencia contra minorías, suelen resistir la abolición de la mutilación genital femenina, y desconoce la totalidad de los derechos de las mujeres y las niñas.
El fracaso de la ofensiva fundamentalista islámica se asentó al reiterar el principio que “la comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles el mismo peso”, al margen “de las particularidades nacionales y regionales” e independientemente de “los diversos contextos históricos, culturales y religiosos, sean cuales fueran sus sistemas políticos, económicos y culturales”.
A su vez, la ONU manifestó su “grave preocupación por las leyes, políticas y practicas vigentes que penalizan las conductas y relaciones homosexuales consentidas y las expresiones de identidad de genero, y por aquellas que se utilizan para acosar, detener arbitrariamente, enjuiciar y discriminar a las personas por su orientación sexual o identidad de genero”,
Entre los factores de agravamiento, la ONU señaló “la raza, la etnia, la situación socioeconómica, la discapacidad o la edad, en espacios privados y públicos, tanto en internet como en otros ámbitos”. También recordó “la responsabilidad que incumbe a los Estados de crear y mantener un entorno seguro y propicio en el que la sociedad civil, incluidas las organizaciones que se dedican a estas cuestiones, puedan actuar sin trabas y de forma segura”.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que finalizó hoy su segunda sesión anual, exhortó a que los gobiernos “modifiquen o deroguen las leyes y políticas que discriminan a las personas por su orientación sexual o su identidad de genero, y a que adopten medidas efectivas para prevenir, investigar, y en su caso, enjuiciar los actos de violencia y discriminación por estos motivos”.
Desde Ginebra, Juan Gasparini.