Invocando el “estado de necesidad”, frente a un rebrote supuestamente imparable de los contagios por el Covid-19, el Canton de Ginebra acaba de poner en marcha medidas por un mes que diseñan una suerte de confinamiento atenuado para el medio millón de sus pobladores, al margen de las disposiciones federales. Se teme la saturación de su hospital, que ya ha tenido que agenciarse una clínica privada para enfermos graves, y alerta que si la situación sigue empeorando va a tener que pedir a hospitales de otros Cantones, que se hagan cargo de algunos de sus pacientes. La sede de la ONU en la ciudad, con 90 infectados de marzo a la fecha, continua funcionando reducidamente y mediante reuniones “en linea”.
A causa de entre 1000 a 1300 contaminaciones diarias, que han provocado 470 hospitalizaciones, de las cuales 65 están en cuidados intensivos, el Canton de Ginebra ordenó el cierre de sus 2500 bares y restaurantes, los cuales solamente podrán ofrecer en las próximas cuatro semanas, platos de comida y bebidas para llevar. Se cierran también las piscinas, peluquerías, consultorios de estética, gabinetes de terapeutas vinculados a la salud, locales de tatuaje, centros culturales, y comercios no relacionados con la alimentación. La prostitución queda prohibida.
Los encuentros grupales en parques, calles, plazas y paseos no podrán ser superiores a 5 personas. Los cumpleaños, casamientos y funerales tendrán un margen de hasta 50 invitados, no así las reuniones políticas y sindicales, susceptibles de congregar ilimitadamente. A diferencia de países vecinos, Ginebra no parece tentada con un toque de queda, que obligaría a los transeúntes a encerrarse en sus domicilios a una determinada hora, cuando cae la noche.
Una célula de crisis oficial se encargará de proporcionar ayudas de urgencia a los sectores sociales desfavorecidos, y retomará la distribución gratuita de alimentos, que existiera en el primer confinamiento. Como Ginebra es un Cantón endeudado, las ayudas financieras del Estado que podrían concretarse para mantener el funcionamiento normal de la economía, e impedir la quiebras de las empresas, deberían ser mayoritariamente federales. Para la paliar la crisis económica debido al coronavirus, el gobierno central, por encima de los 26 Cantones, ya ha destinado 30 mil millones de dólares aproximadamente.
Los centros especializados en la tercera edad, mantendrán las visitas a sus inquilinos, reglamentadas de común acuerdo con las autoridades sanitarias. Se anulan las competiciones deportivas, pero se mantienen los entrenamientos, en grupos reducidos de atletas, siempre cubiertos con máscaras, y la actividad física en el contexto escolar. Las clases de jardín de infantes, enseñanza primaria y secundaria, continuan normalmente, sin barbijos para los alumnos de primaria, a diferencia de los de la secundaria que deben llevarlos puestos. La Universidad de Ginebra prosigue con las iniciativas federales de priorizar el teletrabajo y la enseñanza a distancia por medios electrónicos.
Se autoriza que continúen abiertos como hasta ahora, siempre respetando las reglas de distanciamiento social, el asiduo lavado de manos, y la protección con máscaras, a los supermercados, y a las ferias de venta de alimentos al aire libre, farmacias, drogerias, ópticas, tiendas para vender aparatos auditivos, librerías, talleres para bicicletas, motos y automóviles, y florerías. Asimismo continuará activa la administración pública, el correo y los bancos. Sin embargo, en todos estos sitios hay que portar máscaras, al igual que en los transportes públicos, no obstante la tolerada transgresión para los obreros de la construcción y de reparación de calles y veredas, en en trabajo al aire libre.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.