El objetivo helvético es reducir a la mitad los contagios por el Covid-19. Busca impedir que los hospitales se saturen y que las autoridades sanitarias deban optar por no aceptar pacientes con pocas esperanzas de vida. Los test rápidos de 15 minutos son, de momento, la única esperanza al alcance de los científicos para frenar la propagación del virus. Se trata de detectar masiva y rápidamente la infección en el estado inicial de la enfermedad, aislar los pacientes contaminados de inmediato, para curarlos velozmente antes que el mal progrese dentro del organismo y haga difícil salvar vidas, saturando los hospitales. Los test denominados PCR, que se han venido utilizando, arrojan demasiado lentamente sus resultados, ante un virus que avanza raudamente, imposibilitando yugular la infección cuanto antes.
La segunda ola de coronavirus en Suiza es más virulenta que la primera. El viernes se registraron 6739 casos, provocando 272 hospitalizaciones y 97 fallecimientos, nivel que supera las dos jornadas precedentes. A titulo comparativo, siendo la población helvética de 8,5 millones de habitantes, la cifra se mantiene a la altura de países vecinos, o de referencia, con situaciones juzgadas inquietantes por sus propios gobiernos: Italia, con alrededor de 40 mil nuevos casos diarios, en el contexto de 60 millones de habitantes; Francia ronda las 20000 infecciones cotidianas, en el marco de casi 80 millones de habitantes; al tiempo que España da cuenta de alrededor de 17 mil casos en las recientes jornadas, con una población cercana a los 47 millones de personas; mientras Holanda trepó el jueves pasado a 3000 contagios en 24 horas, cantidad récord para sus 10 millones de habitantes, decretando toque de queda de 21 Hs y a 5hs.
En un país donde la industria farmacéutica es una de las más adelantadas del mundo, ha quedado claro en el diario culto de habla francesa, Le Temps, en su edición del viernes último, que no habrá vacuna disponible para el conjunto de la población suiza contra el coronavirus hasta dentro de un año, o mas. Albert Baehny, patrón de Lonza, uno de los laboratorios con procesos avanzados para conseguir la vacuna anti-Covid-19, explicó que todas las pandemias en la historia han tenido de 3 a 4 olas y que la tercera para Suiza con el coronavirus ya está de algún modo “ pre programada”. Vaticinó el fin del invierno de 2021, como una fecha tentativa para aspirar a tener las dosis de vacunas necesarias, que incluso puede significar el inicio de 2022.
Ginebra, con medio millón de habitantes, entre la ciudad y las comunas y zonas agrícolas que la rodean, es tal vez el mejor ejemplo para entender la misión que se le atribuye a la proliferación que se ha puesto esta semana en marcha de los test rápidos de 15 minutos, en un Canton con 1300 nuevos casos diarios de Covid-19. En la primera ola se llegó a cerca de 500 pacientes hospitalizados en un día, siendo en la presente segunda ola, de 631 hospitalizaciones, como sucedió el pasado el 9 de noviembre. El ministro de salud de Ginebra, Mauro Poggia, anticipó que de los 3000 test que se están practicando actualmente, el gobierno cantonal va a llevarlos a 5000, pero esbozó también otras medidas que están en vías de planificación, particularmente reglamentar detalladamente el uso de máscaras dentro de los supermercados y otras tiendas de alimentación, extendiendo su obligatoriedad a los transeúntes en calles muy frecuentadas por el público, e imponiendo el teletrabajo, que podría dejar de ser optativo como hasta ahora.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.