Las medidas de cuarentena para aislar a la población con el fin de impedir la transmisión del COVID-19, lanzadas por Italia, España y Francia, -los países europeos más golpeados por la pandemia-, son prácticamente copiadas por Suiza, que no forma parte de la Unión Europea (UE), pero sí del espacio Schengen de libre circulación, que vincula a la mayoría de los 27 Estados de la UE, con Islandia, Liechtenstein, Noruega, y desde el presente año, también con el Reino Unido, tras el Brexit.
Sin embargo, tanto Suiza como sus vecinos (Alemania, Francia, Austria, Liechtenstein e Italia) han restablecido sus controles de fronteras sobre los extranjeros, autorizando solo el paso a trabajadores que residen en las cercanías limítrofes, con permisos de trabajo en regla. Con todo, la población en Suiza alcanza los 8,57 millones de personas, de los cuales “más de dos millones son extranjeros”. En ese contexto se sitúan los 2700 casos de coronavirus, hasta ahora censados (400 más que ayer), sumados a unos 25 fallecimientos
Por decisión del Consejo Federal, el ejecutivo colegiado federal de siete miembros que gobierna la Confederación Helvética (4 hombres y 3 mujeres), se dispuso, hasta el próximo 19 de abril, una “situación extraordinaria” mediante el cierre de escuelas, colegios y universidades, y el de los “comercios no esenciales” (principalmente bares, restaurantes y discotecas), y la “prohibición de manifestaciones públicas y privadas” (deportivas, culturales y asociativas), junto a la movilización de 8000 militares para apoyar a los servicios sanitarios del Estado. Se mantienen abiertos los supermercados y otros puntos de alimentación, farmacias, correo, bancos y estaciones de trenes. Los transportes de pasajeros en las ciudades funcionan, aunque las autoridades desaconsejan utilizarlos, para que los usuarios no se vean confrontados al trafico de la infección, vehículizada por los seres humanos. La administración publica sufre restricciones no obstante mantenerse activa. La realización de la segunda vuelta de elecciones municipales y comunales en Ginebra, previstas para el 5 de abril venidero, es de momento incierta.
Paralelamente, la sede europea de la ONU en Ginebra, viene reduciendo escalonadamente sus actividades. Los autoservicios de comida y cafeterías han disminuido drásticamente las ofertas al público. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, anuló las actividades paralelas de las víctimas de violaciones y oeneges y luego la cuarta y ultima semana de debates susceptible de comenzar esta semana. El Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, constituido por diez expertos independientes que vigilan el cumplimiento de la convención internacional en la materia, postergó para mayo próximo la sesión que debía iniciarse éste 30 de marzo. El Subcomité contra la Tortura, que realiza visitas sorpresivas a los lugares de detención, suspendió su misión a los establecimientos penitenciarios de Argentina. Las agencias del “sistema de Naciones Unidas” (refugiados, comercio, propiedad intelectual, meteorología, telecomunicaciones, migración, OIT, etc.), siguen activas. La única que ha incrementado su accionar es la Organización Mundial de la Salud (OMS), centro de gravedad de la lucha de la lucha planetaria contra el coronavirus, siendo ya censados unos 175 mil casos de contagio, en 145 países, y alrededor de 7000 muertos.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.