Ante todo cabe destacar que estas sociedades instrumentales fundadas en paraísos fiscales y luego domiciliadas allí, no pagan impuestos en dichos países por sus actividades fuera de ellos, y pueden ser administradas libres de carga tributaria desde dentro de los mismos. Sin embargo, el derechohabiente de tales sociedades, el dueño, debe pagar impuestos por las actividades de las mencionadas sociedades off-shore, en el país donde es residente fiscal.
No resulta disparatado concebir que los miembros del clan Macri involucrados en las revelaciones que se vienen sucediendo desde hace unos días crearon alguna de estas sociedades de utilería, para actuar en Brasil, como ha destapado la prensa. Elucubrando una perspectiva de ficción a pesar que resulte verosímil a simple vista, quizá la astucia pudo entonces haber sido repatriar a Panamá o Bahamas las ganancias en Brasil, no pagar impuestos en ninguno de aquellos dos países porque sus legislaciones los excluyen de hacerlo, y no declarar esas ganancias en el país donde residían fiscalmente. Vale decir, en Argentina, en virtud que los fundadores de estas empresas de fantasía vinculadas a la familia Macri habrían tenido en las fechas en cuestión residencia en Argentina.
Esto significa que poco importa la nacionalidad de los fundadores, y en qué país operaron con estas compañías, lo que importa es la residencial fiscal de los fundadores y las exigencias fiscales del país donde residían, o sea en Argentina, si fuera el caso. En la hipótesis que una de esas sociedades tuvo ganancias en Brasil y no fueron declaradas en Argentina, tal vez pudieron haber cometido un delito en Argentina de evasión fiscal, incluso de fraude fiscal porque indiciariamente da la impresión que construyeron un edificio societario de encubrimiento para engañar al fisco.
En cuanto a la propiedad de esas eventuales ganancias, es decir quien rinde cuentas al recaudador impositivo del país de residencia, al parecer depende del paquete accionario de la sociedad involucrada. En Panamá, esas sociedades otorgan acciones nominativas o al portador. Evidentemente en Bahamas debe ser igual, o parecido. En este contexto, todo miembro del clan que nos ocupa y que declaró una sociedad panameña al fisco argentino, va de suyo que debió hacer figurar si el paquete accionario era anónimo o nominativo. De haber sido nominativo, y había un reparto de porcentajes para cada uno de los responsables de cualquiera de tales sociedades, cada uno de ellos debió asumir voluntariamente ante las autoridades argentinas el porcentaje que le correspondía. Además, obvio, de aportar la prueba documental de eventuales ganancias por ser directivos o accionistas y pagar el respectivo impuesto. Para acallar las críticas y exigencias de la comunidad internacional, desde enero pasado el gobierno panameño ha dicho que ha prohibido seguir emitiendo acciones al portador.
Los delincuentes sin límites ni fronteras no figuran como directores o dignatarios de estas off-shore, le encargan al estudio de abogados que se las constituyen en el paraíso fiscal elegido que les consiga testaferros, un servicio más por el cual pagan honorarios. Y semejantes criminales piden que el paquete accionario sea al portador. En esa línea se desempeñan totalmente enmascarados y anónimamente, en los directorios y en la titularidad de las acciones.
Parecería que en el escándalo que salpica al Presidente Mauricio Macri, se ha utilizado un camino intermedio, ya que debían identificarse, como se ha dicho, para impulsar inversiones en Brasil, pues así lo habría aconsejado el negocio o el mercado en el que irrumpían. No obstante, es licito conjeturar que presuntamente no querían pagar impuestos en Argentina, sino ¿para que invertir desde Panamá en vez de hacerlo directamente desde Argentina? Por consiguiente, fueron sin antifaz a Brasil, invirtiendo a cara descubierta, aunque desde Panamá, y supuestamente pudieron esconder ganancias de tales inversiones al ente recaudador argentino porque, ¿cómo iba a enterarse la AFIP que invertían en Brasil desde Panamá, donde probablemente embolsaban las ganancias? El mandatario ha dicho que está todo bien, que la legalidad ha sido respetada, pero el fiscal Federico Delgado y el juez Sebastián Casanello, han decidido investigarlo penalmente.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.
Actas constitutivas de sociedades del clan Macri en Panamá. Gentileza: Andrés Ballesteros