Michelle Bachelet. Foto: Getty Images La Presidenta de Chile, Michel Bachelet, estimó que “ningún país, sin importar su poderío, es inmune” a los problemas que tiene el mundo, “ni puede resolverlos construyendo muros, reales o metafóricos”, según su discurso ante una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que la tuvo como única oradora, hoy miércoles en Ginebra.
Citó entre esos problemas “los conflictos, la pobreza extrema, la corrupción, los efectos inesperados y cada vez más frecuentes del cambio climático”, que “están produciendo desplazamientos masivos de personas en una proporción y a un ritmo inéditos, con dramáticas consecuencias socioeconómicas y en los derechos humanos”.
Llamó la atención sobre “los niños, niñas y adolescentes”, como “víctimas principales de estas tragedias, dando lugar a una generación de enormes carencias esenciales y con previsibles secuelas sociales” siendo “el caso paradigmático” el “de los niños refugiados sirios”, que “no nos puede dejar indiferentes”.
Observó “importantes retrocesos en áreas críticas de preocupación del Consejo, como la igualdad y no discriminación por razones de nacionalidad, religión, sexo, raza o etnia” y enumeró “las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y un preocupante aumento de la práctica de la tortura, los que en varios casos podrían configurar crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad”.
Ante todo esto “la única respuesta posible es colectiva, coordinada y cooperativa”, exhortó Bachelet. “El imperativo es no retroceder … para encerrarnos dentro de nuevos muros que nos separen. El lenguaje de derechos humanos es el lenguaje de la política y del diálogo. Pero también … de la voluntad y de la responsabilidad, y el de los ciudadanos más vulnerables”, subrayó.
Pidió a la ONU que conceda más del actual 3% de su presupuesto a las cuestiones de derechos humanos, y al Consejo lo urgió “de pronunciarse cada vez que una situación de vulneración de los derechos humanos lo amerite, sin distinción de sexo, identidad o expresión de género, orientación sexual, origen étnico, cultura o religión, sin relación al régimen político de los países”.
Anunció que su gobierno prepara “el proyecto de ley que crea el Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura”, preconizado la ONU, órgano independiente autónomo y nacional de cada país, con mandato para visitar los lugares de detención, entrevistar a solas a las personas privadas de libertad, y acceder a toda la información disponible.
Bachelet manifestó el compromiso de Chile con “una amplia agenda por la Probidad y la Transparencia en los negocios y la política”, para “aumentar la dignidad y la confiabilidad de la gestión pública, la rendición de cuentas, la lucha contra la corrupción, y los mecanismos fiscales de solidaridad”, y dio su apoyo a “los Principios Rectores de la ONU sobre Derechos Humanos y empresas”, con el fin de impedir y sancionar violaciones.
Compuesto por 47 Estados de acuerdo a una repartición equitativa por regiones del planeta, que se van rotando anualmente, elegidos anualmente por la Asamblea General de la ONU, Bachelet anunció que Chile se postulará para formar parte de este Consejo en 2018. Actualmente, por América Latina y el Caribe, lo integran Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Panamá, Cuba y Venezuela.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.
