El Relator Especial de Naciones Unidas contra la Tortura, Juan Méndez, acusa a los Estados Unidos de haber infligido al soldado Bradley Manning un trato «cruel, inhumano y degradante», durante su detención preventiva por haber presuntamente filtrado 700.000 documentos confidenciales del gobierno norteamericano al portal Wikileaks, de acuerdo a declaraciones de Méndez recogidas en Ginebra.
«Bradley Manning fue sometido a trato cruel, inhumano y degradante a traves del aislamiento exesivo y prologado que tuvo en los ocho meses que estuvo en Quantico (prisión de Virginia)», afirmó Méndez.
«Afortunadamente eso terminó en abril del año pasado cuando fue transferido a Fort Leavenworth (cárcel de Kansas)», ocasión en la cual «le hicieron una evaluación y ya no le pusieron más en confinamiento solitario», agregó Méndez.
«La explicación que me da el gobierno estadounidense por esos ocho meses no me resulta convincente, porque parece que está relacionada con la gravedad del delito que se le imputa, pero como él tiene presunción de inocencia no tiene ningun sentido someterlo a un trato de esa naturaleza cuando ni siquiera ha sido declarado culpable de ningun delito», precisó Méndez.
Abogado, ex preso político de la dictadura militar en Argentina (1976-1983), luego refugiado en Estados Unidos, donde ejerce de profesor universitario, Méndez fue designado experto de la ONU para prevenir el genocidio, antes de ser nombrado Relator Especial contra la Tortura en octubre de 2010.
Al ser Naciones Unidas un entramado de mandatos que abrevan en los 193 Estados miembros, la nominación de Méndez al frente de la relatoría contra la Tortura le otorga la maxima representatividad en la materia, cuya competencia es universal. Es responsable de una tarea honorífica dispuesta por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un organo integrado por 47 paises que se van rotando anualmente, mediante una representación propocional por continentes, resultado del voto secreto de la Asamblea General de Naciones Unidas.
«El aislamiento provoca sufrimiento en la persona puesta en esas condiciones, que según la gravedad del sufrimiento puede constituir trato cruel, inhumano y degradante, o tortura, según el grado de severidad del sufrimiento», fundamentó Méndez.
El daño del aislamiento se lo puede verificar por chequeos médicos, «o por un examen siquiatrico». Comenzaría a ser perjuducial para la salud al cabo de 15 días. Es inhumano cuando provoca «un desequilibrio en la forma que la mente procesa información. Según la literatura siquiatrica eso crea un tipo de sufrimiento que aunque no sea visible inmediatamente no por eso deja de ser menos tortura o trato cruel», subrayó Méndez.
Detenido en agosto de 2010 en Irak por una delación del hacker estadounidense Adrian Lamo, quien alertó al FBI sobre la supuesta fuente de entrega de los materiales a Wikileaks, el soldado Manning, de 24 años, fue inculpado en febrero de 2012 por un tribunal militar de «colusión con el enemigo» y «alta traición», las que puede acarrearle una condena a cadena perpetua.
La publicación de los cables por la página web que fundara el australiano Julian Assange, destaparon muertes de civiles en las guerras de Irak y Afganistan, y revelaron oscuros entresijos de la diplomacia internacional.
La fiscalía del Consejo de Guerra, que ha comenzado el procedimiento de juicio oral el mes pasado en la base de Fuerte Meade, propiciaría un pacto penal con el soldado Manning, para que a cambio de rebajarle el pedido de pena a 30 años de reclusión, declaré contra Assange, también perseguido judicialmente en Estados Unidos.
El tenor oficial de las tratativas no ha trascendido, pero Assange anticipa, haciendo antesala en Londres a punto de ser extraditado a Estocolmo para afrontar cargos de abusos sexuales a dos mujeres, que Estados Unidos prepara solicitar ulteriormente su extradición de Suecia por «espionaje», «conspiración» y «piratería informatica».
De confirmarse esa perspectiva, el soldado Manning podría convertirse en un engranaje de la maniobra con la que Washington esperaría evitar referirse a la eventual comisión de delitos politicos por parte de Assange, quien sería estigmatizado de «terrorista tecnológico», para que pierda asi su perfil periodístico, y Wikileaks pase a ser considerado un instrumento del espionaje, no de la información.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.