El compromiso entre Kiev y los gobiernos que proporcionaran los tanques sobre su utilización define el empleo exclusivamente para defender a Ucrania, y expulsar las tropas rusas de su territorio. Solo militares ucranianos podrán servirse, y recibirán formación fuera de del país. La Unión Europea, Londres y Washington no quieren operar como cobeligerantes, ni provocar una escalada del conflicto.
Poco antes que el presidente estadounidense Joe Biden anunciara que mandaría 31 tanques « Abrams » a Ucrania, el Canciller alemán, Olaf Scholz, declaró que su país entregaría 14 « Leopard 2 ». Se suman a otros 14 « Challenger », prometidos por Inglaterra, unos 167 en total. Pero Volodymyr Zelensky reclama 300 tanques para lanzar una ofensiva que doblegue al dispositivo de ocupación ruso. Moscú a replicado con más bombardeos a poblaciones civiles.
El equivalente ruso de estos « Leopard 2, es el « T 90 ». No hay confirmación si ya se han desplegado los 200 ejemplares que semanas atrás prometiera Vladimir Putin para frenar la amenaza ucraniana de expulsarlos del Donbass, región que integran las provincias de Donetsk y Lugansk, anexadas por Rusia junto a otras 2 en el sur (Gerson y Zaporiyia), sin olvidar la situación de Crimea, asimismo apropiada ilegalmente por Rusia en el 2014.
Trascendió que Alemania, -fabricante de los « Leopard 2 », concebidos en 1979 por la firma « Krauss-Maffei » de Baviera-, ha vendido unos 2000 en el mundo. Cobraron notoriedad durante la guerra de Afganistan. En Occidente integran los Ejércitos de Polonia, Finlandia, Dinamarca, Holanda, España, Suiza y Canadá. Sus 60 toneladas de metal, a 70 kilómetros por hora de velocidad, serian adecuadas a las necesidades de Ucrania para forzar la retirada del enemigo ruso dentro del país. Estos « Leopard 2» resisten a las minas y a los lanzagranadas, pudiendo disparar en movimiento, y hasta de noche, gracias a cámaras térmicas.
El objetivo de Ucrania, buscaría superar la « guerra de trincheras ». De momento ha llegado a una suerte de paridad de fuerzas con Rusia, no pudiendo revertir la perdida del 16% de su territorio, al margen de Crimea. Pretende quebrar el cerco con un dispositivo mecanizado, que sirva como escudo protector al avance de su infantería, maniobra apoyada por la artillería de retaguardia. Cada « Leopard 2 », cuesta 5 millones de euros, sin contar la logística: combustible, piezas de repuesto y munición.
Resta por saber si Francia aportará algunos de sus 226 tanques « Leclerc », susceptibles de contribuir a la intención ucraniana de legitima defensa, aspirando a reunir una superioridad táctica en combates terrestres, siempre piloteados por ucranianos formados en Francia, excluyendo bombardear geografía rusa. El Presidente Emmanuel Macron sería favorable, no obstante la hostilidad de las fuerzas parlamentarias de oposición. Todos estos tanques llegarían a Ucrania en la próxima primavera europea, tal vez hacia abril o mayo venideros, coincidiendo con el despliegue de 1 millón de nuevos reclutas rusos convocados por Kremlin, en la aventura sin fin por volver a las antiguas fronteras de la Unión Soviética.
Desde Ginebra, Juan Gasparini.