El Presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, invitado hoy lunes en Ginebra a inaugurar la Conferencia Internacional de Trabajo (OIT), donde se reúnen gobiernos, empresarios y trabajadores, alertó que los avances tecnológicos, y las relaciones de empleo y trabajo, “plantean nuevos retos para la regulación de las migraciones laborales”, a la “que debemos atender para el desarrollo social con justicia social”.
“Apuntemos hacia una migración laboral segura, ordenada y armonizada con las normas internacionales del trabajo, al igual que con las políticas nacionales, porque crecimiento sin desarrollo no es crecimiento ni desarrollo: es acumulación por parte de unos pocos en detrimento de muchos otros”, resumió el mandatario.
“En el mundo actual quien pretenda resolver sus desafíos con respuestas del pasado se condena al fracaso, quien se detenga, retrocede, y quien aspire a salvarse en soledad está irremediablemente perdido”, subrayó Tabaré Vázquez, quizá en velada alusión al auge de los populismos en Europa, y el proteccionismo que intenta poner en marcha Estados Unidos.
Uruguay respeta “los valores, principios y objetivos de la OIT”, y “presenta otros rasgos que lo convierten no en modelo (… yo personalmente desconfío de los modelos) pero si en referente mundial en materia de tripartismo y diálogo social para el desarrollo sostenible”, sostuvo el Presidente de Uruguay.
“El futuro no se espera, se construye. Y se construye sabiendo que nunca será inmutable ni perfecto, pero que siempre puede ser mejor y perfectible”, dijo; e instó “sin renunciar a la identidad de cada uno, debemos marchar juntos, sin que nadie quede atrás y con audacia y responsabilidad (que no son incompatibles …) hacia objetivos ambiciosos y alcanzables (que tampoco lo son)”.
Vázquez abogó por “medidas y acciones que garanticen la protección de los trabajadores migrantes y nacionales. Especialmente los más vulnerables”, e informó que Uruguay cuenta desde “nuestro primer gobierno en 2008 la ley 18.250 que establece la igualdad de derechos y oportunidades para trabajadores migrantes y una importante cantidad de convenios bilaterales y multilaterales de seguridad social con otros países”.
El Presidente uruguayo insistió sobre el “concepto” del “diálogo y la negociación colectiva en el sector privado y en el público, entre los gobiernos y las organizaciones sindicales y de los empleadores, como un instrumento fundamental para construir un mundo del trabajo que sirva para todos. Ahí radica la clave del contrato social y de la democracia, indispensables para el progreso”.
“En el mundo actual, aunque a veces parezca lo contrario, lo cierto es que sin diálogo no hay acuerdos y sin acuerdos no hay progreso ni desarrollo genuinos y sostenibles”, y explicó que “la fortaleza del diálogo y la negociación no radica en gritar, amenazar, golpear mesas o dar portazos, sino en reconocer a los demás como semejantes, en escucharlos, en no temer que tengan razón, en tener capacidad para proponer, negociar y acordar”.
Gracias al diálogo social y la negociación tripartita, el Presidente Vázquez, enumeró que su país mejoró el salario real de los trabajadores, la calidad del empleo, la formación y la capacitación, y la cobertura de seguridad social y de salud: y agregó que el 75% de los convenios colectivos incluyen cláusulas de género, la economía ha crecido con justicia social e inclusión, menor corrupción, estado de derecho, libertad de prensa y paz.
De hoy al 16 de junio próximo, esta 106 Asamblea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la más antigua del denominado “sistema de Naciones Unidas”, contará con la participación de 4.000 delegados de gobiernos, trabajadores y empleadores, procedentes de sus 187 Estados miembros.
Juan Gasparini, Ginebra, Suiza.